Estudio: los padres de los loros nombran a sus bebés

Los loros, con sus increíbles habilidades para imitar el habla y hablar con los humanos además de entre sí, son comunicadores impresionantes. Pero la investigación muestra que las conversaciones de los loros son aún más complejas. Cada loro tiene su propia llamada de firma que otros usan para dirigirse a él, que es el equivalente de loro a tener un nombre. Pero, ¿de dónde vienen estos nombres? Una nueva investigación ha demostrado que, al igual que con los bebés humanos, los padres de los loros nombran a sus crías, incluso antes de que los bebés puedan comunicarse.

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La investigación, liderada por Karl Berg de Universidad de Cornell , utilizó cámaras de video para registrar el proceso de comunicación de loros de rabadilla verde ( Forpus passerinus ) en Venezuela. El estudio de los loros salvajes mostró que incluso antes de que los polluelos comiencen a chirriar a sus padres, los adultos les dan un sonido característico con el que se dirigen a ellos. Los bebés tomarán este sonido y, en algunos casos, lo modificarán antes de usarlo durante toda su vida.

Los científicos saben desde hace algún tiempo que los loros usan estas llamadas de firma para referirse entre sí. La observación del proceso en aves cautivas llevó a los investigadores a preguntarse cómo los loros salvajes manejaban la denominación, porque podría mostrar cómo se dan los nombres. Los investigadores sintieron que había dos posibilidades de cómo los loros obtienen sus nombres: podría ser biológicamente innato (cada ave se nombra a sí mismo) o asignado por otra ave más vieja, que resultó ser el caso.

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Para el estudio, los investigadores colocaron cámaras de video en 16 nidos de loros de rabadilla verde en Venecia. Estas aves son parte de una gran población silvestre que ha estado viviendo en tubos de anidación montados por científicos en 1987. Luego, los investigadores se movieron alrededor de los huevos de loro para que la mitad de la colonia estuviera criando bebés que no eran genéticamente suyos. Las grabaciones de las llamadas realizadas por los padres antes de que los polluelos pudieran piar, y de las llamadas una vez que los polluelos cantaron individualmente mostraron que los padres comenzaron a hacer las llamadas cuando las aves eran muy pequeñas. Además, las grabaciones mostraron que las llamadas de los padres proporcionaban una base sobre la cual el bebé imitaba y modificaba su propio nombre. Los nombres tenían más similitudes con los padres que criaron a la descendencia que con los padres biológicos, lo que sugiere que las llamadas las aprenden los polluelos en lugar de ser innatas.

Los loros no son los únicos animales que se sabe que tienen nombre. Además de los humanos, los delfines también usan nombres específicos para cada individuo. Los investigadores creen que la sofisticada vida social de estos animales puede ser lo que impulsa la necesidad de tener nombres. Para los loros, tener un nombre es una herramienta valiosa para saber quién es quién cuando las bandadas cambian o cambian de miembro.

Este descubrimiento muestra corolarios interesantes entre la comunicación humana y la comunicación de los loros que pueden ser útiles para estudios posteriores del desarrollo del habla. La estudio fue publicado en Actas de la Royal Society B.

(vía Descubre 80 Beats , Video por Karl Berg , imagen a través de 10000 aves )