El ex presidente Donald J. Trump tiene miedo de que lo llamen de otra manera que no sea el 45 ° presidente de los Estados Unidos de América, y se nota. Los abogados de Trump, en cartas al Congreso, se dirigen al ex presidente como el 45º presidente de los Estados Unidos. A continuación, firman con su nombre sobre los abogados del 45 ° presidente Donald J. Trump.
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Su equipo postelectoral se refiere a él de la misma manera en apariciones en televisión y declaraciones oficiales. Ahora, técnicamente, es el 45º presidente. Pero él también es el anterior 45o Presidente, y la redacción es importante.
Pensar que esto es una semántica sin sentido de la anterior El presidente está ignorando su pasado de intentar controlar la narrativa. Ya sea en las elecciones o en quién fue el responsable del ataque terrorista interno del Capitolio, Trump siempre ha tenido algo que ver con el control de lo que él percibía como la verdad. Hacer que los que lo rodean se dirijan a él como el 45º presidente de los Estados Unidos es otra pequeña forma de que Trump se niegue a admitir la derrota —lo que llevó al ataque al Capitolio— a pesar del proceso democrático del pueblo y para el pueblo.
Usar el primero al dirigirse a Donald J. Trump es una forma de decirle al mundo que su administración y todas las políticas que la acompañaron terminaron. Eso es importante para aquellos que han tenido que sufrir a lo largo de su administración, aquellos que fueron burlados, encarcelados o clausurados simplemente por hablar en oposición al lenguaje sexista, racista o capacitado que utilizó el ex presidente o su administración.
Asegurarse de usar el primero al dirigirse a Donald J. Trump también es importante porque es una forma de decirles a sus seguidores y republicanos que Trump perdió. Se produjo un proceso democrático legítimo, se consideró justo y es hora de pasar a la administración de Biden. De lo contrario, sus seguidores estarán atrapados en un ciclo interminable en el que no creerán que Trump perdió porque el hombre mismo no lo ha admitido en el lenguaje que usa.
Las palabras tienen poder y Trump lo sabe. Y está tratando de aferrarse a cualquier poder e impulso que haya ganado en los últimos dos años como un medio para aferrarse a más. Esa derecha es peligrosa porque, si no se controla, podría seguir intentando subvertir nuestra democracia para sus propias necesidades y las de su partido. Y hemos visto lo que sucede a lo largo de la historia cuando los narcisistas con delirios o grandeza no se ven obstaculizados y se les deja libres.
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Los Estados Unidos de América no necesitan eso, especialmente de un expresidente como Donald J. Trump.
(imagen: Win McNamee / Getty Images)
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